Nevado de Toluca o por su nombre original, Xinantecátl (hombre desnudo).
Es el cuarto volcán más alto de México (4680 msnm.), forma parte del eje Neovolcánico del centro de México.
Foto: Angel Barrera Photography
Empezamos a rodear la periferia del volcán circundando los 2 cráteres de escarpadas laderas, que forman a su vez dos hermosas y profundas lagunas, la del sol y la de la luna, una azul y la otra verde.
En ese momento el clima de la montaña era bueno, algo de viento, pero con sol radiante que permitía apreciar los admirables paisajes que ofrece esta montaña
Alcanzamos la primera cumbre, momento que nos regaló una vista escénica de las 2 lagunas y los valles del coloso toluqueño.
El viento empezaba a aumentar su velocidad y se veía a lo lejos que una tormenta se avecinaba.
Dimos marcha a toda prisa y emprendimos camino a la segunda cumbre.
Subimos por desfiladeros de piedras, escalando por jardines de rocas e imponentes terrenos.
No pasaron más que unos cuantos minutos cuando empezamos a notar como el clima estaba cambiando bruscamente segundo a segundo, trayendo consigo grandes nubes que invadían nuestro camino, Dejando a su paso una visibilidad prácticamente nula, fuimos azotados por fuertes vientos. Mostrando una
Foto: Angel Barrera Photography repentina liberación de energía . .
Estando en el punto más alto en cientos de kilómetros a la redonda, entramos en una verdadera situación de emergencia.
Presenciamos el nacimiento de una tormenta eléctrica, teniendo que acelerar nuestro paso para salir de ahí lo antes posible.
Sentimos la estática sobre nosotros, estando completamente electrificados, dando pequeñas descargas a cada roca que tocábamos,
Justo en el momento de mayor tensión, sacamos la casta y bajamos por un arenal ajeno a la bajada común, lleno de piedras sueltas y algunos precipicios cerca, pero era de vital importancia salir de ahí
Tuvimos una escapatoria exitosa entre sentones, resbalones, estrés y miedo. Logramos bajar justo a tiempo
Ya a una altura más baja fuera de la nube, empezaron a caer los rayos donde estábamos antes, desatando el caos en las alturas.
Todavía sentimos algo de pánico pero sabíamos que estábamos fuera del peligro,
La naturaleza se mostró imponente, majestuosa, salvaje y nosotros tan vulnerables ante ella. Estamos completamente a su merced.
El hombre siempre mostró interés y admiración por la naturaleza.
Los antiguos veneraban a los volcanes, estableciendo una relación con la naturaleza, donde los cerros representan los Tlaloques, creadores de nubes y servidores de Tláloc.
Dios de la lluvia, deidad de los cerros, el agua y los truenos. Símbolo de poder.
Foto: Angel Barrera Photography
Hoy agradezco poder estar vivo y el haber experimentado la naturaleza y sus expresiones de poder, donde me permiten conectarme más al planeta en el que vivimos.
Es parte de mantener saludable la mente, es lo que me llena de vida
El cuerpo humano es maravilloso y la mente nos permite trabajar con las emociones, como el miedo, que manejándolo adecuadamente nos da poder, reaccionando de la manera más adecuada para poder sobrevivir.
Acelerando nuestra capacidad a tope, haciéndonos llegar a límites nuevos y alcances desconocidos.
FotografiaS: Angel Barrera Photography https://www.instagram.com/angelbarreraphotography
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